Edición Abreviada

La ecología tradicional

prevnext

 El término “ecología tradicional” se refiere a las maneras de larga duración con que los seres humanos se han adaptado al ambiente de la Tierra y cómo usan los ambientes físicos y biológicos circundantes para su supervivencia y subsistencia. En Corea, la percepción geográfica de la cresta montañosa Baekdudaegan representa la ecología tradicional más importante. La cresta montañosa y el sistema ribereño de Baekdudaegan sirven de base fundamental para comprender a la gente, filosofía, literatura, ecología y cultura de la Península coreana.

 En 2015, cerca del 64% de la superficie en Corea del Sur estuvo cubierta con bosques. La mayoría están conectados a la cresta montañosa de Baekdudaegan, la cual ha sido por mucho tiempo el eje central del espacio ecocultural y del espíritu coreanos. La designación de Baekdudaegan como área protegida apoya la identidad del pueblo coreano y su voluntad de mantener la dependencia recíproca con los ecosistemas oceánico y continental.

 El área protegida de Baekdudaegan es extremadamente valiosa en términos de la historia cultural y espiritual de Corea. Cada montaña grande ostenta templos que entrelazan la cultura budista con paisajes impresionantes, mucho antes que otras religiones extranjeras llegaran a Corea. El área protegida de Baekdudaegan alberga valores y bienes tanto tangibles como intangibles que son legado cultural. Hay 543 bienes culturales designados por el Estado, que incluyen 31 tesoros nacionales, 273 tesoros y 49 sitios históricos. También hay 965 bienes designados como legado por la provincia, 523 documentos históricos y culturales, 53 sitios registrados como legado cultural, entre otros. En particular, los templos situados en bosques tienen un papel central en la ampliación del valor espiritual del área protegida. De los 935 templos tradicionales en Corea, 173 (19%) están localizados en Baekdudaegan. Baekdamsa (en la montaña Seoraksan), Woljeongsa y Sangwonsa (en la montaña Odaesan), además de Hwaeomsa (en la montaña Jirisan), son los principales templos, bien conocidos por los visitantes. Tienen aproximadamente 16 571 hectáreas de los bosques que suman el 6% del área total protegida en Corea.

 Además de sus bienes culturales, el ecosistema Baekdudaegan es el hogar de vida salvaje muy diversa, que incluye 126 familias, 541 géneros y 1248 especies de flora y 23 de mamíferos, 91 de aves, 11 de anfibios y 6 de reptiles.

 La industrialización y urbanización de la sociedad moderna han causado varios problemas ambientales y acelerado cambios en el clima y los ecosistemas naturales. El conocimiento ecológico y las prácticas de administración de recursos dictados a partir de las culturas tradicionales han llamado la atención como legado importante para ayudar en la resolución de los problemas ambientales, así como en la administración y distribución de recursos.

 Los pueblos tradicionales coreanos tomaron el concepto de Baesanimsu, término antiguo que refleja el sentido de ubicación de viviendas “con la montaña detrás de la vivienda y el frente de la vivienda hacia el agua”, como el principio para guiar la ubicación de los asentamientos y el uso del suelo. También, este principio ha beneficiado de gran manera a los pobladores que, como resultado, viven dentro de cuencas bien aseguradas, protegidas del viento con acceso al agua y a los recursos. Los pueblos tradicionales se fueron adaptando a las condiciones locales naturales y vivieron en una relación armoniosa con los ecosistemas naturales circundantes, que les confirió la habilidad para mantener el arreglo espacial por un largo período de tiempo. Buen ejemplo de ello es la Maeulsoop (el bosquecillo de la aldea coreana).

 Un Maeulsoop o bosquecillo aldeano es un área pequeña boscosa que ayuda a la gente a adaptarse al clima monzónico
y a armonizar con el ambiente circundante. El bosquecillo es una parte del paisaje de la aldea o propiedad común protegida y administrada por los aldeanos, además de lugar de reunión para los lugareños que proporciona sombra y descanso en la época calurosa del verano. Asimismo, constituye un sitio sagrado y un lugar santo que los aldeanos protegen y donde periódicamente realizan ritos ancestrales.

 Grandes árboles como pinos y zelkovas crecen en los bosquecillos. Muchas especies de aves, como el pato mandarín, el tecolote, el búho, el pájaro carpintero, el carbonero común y el estornino, los cuales normalmente viven en lo profundo de los bosques en las montañas y construyen sus nidos en los huecos de los troncos y ramas de los árboles, habitan el área y se los observa frecuentemente cerca de la aldea.

 El bosquecillo aldeano más antiguo en Corea es Daegwallim3), el cual se remonta hasta 887-897 d. C. y ahora se encuentra protegido como el Monumento Natural No. 154. Hasta septiembre de 2014, el Servicio Forestal de Corea había estudiado y organizado información sobre los bosquecillos aldeanos en 1335 regiones. Encontraron que las especies de plantas predominantes en los bosquecillos aldeanos son Pinus densiflora y Zelkova serrata.

 El conocimiento forestal tradicional se define como un aspecto integral de la herencia cultural, los recursos ecológicos (genéticos) y la sabiduría que una región particular, o conjunto de individuos (tribu o grupo étnico), ha transmitido por generaciones. Con base en esta preservación valiosa, Corea ha desarrollado el uso, producción y tecnología vinculada con el conocimiento tradicional. Recientemente, se han hecho esfuerzos para clasificar el conocimiento tradicional forestal en cinco categorías (humanidades, filosofía forestal, ambiente natural, técnicas de producción y política socio-económica) para concordar con la tendencia internacional hacia el conocimiento tradicional relacionado con la Clasificación Internacional de Patentes.

 En esta riqueza de conocimiento tradicional se distingue un caso relacionado con la recolección y procesamiento de bellotas para alimento. El término coreano dotori para ‘bellota’ es una palabra compuesta que se deriva de dot (‘jabalí’) y tol (‘nuez’), que significa ‘tipo de nuez que a los jabalíes salvajes les gusta comer’. La gente de Corea usa bellotas como alimento hasta hoy. Los sitios arqueológicos en la playa Sejuk, en Ulsan, contienen evidencia de que la gente, en tiempos tan remotos como el año 6000 a. C., acostumbraba a cavar hoyos para liberar las bellotas de taninos mediante el agua salina del mar y preparar comida con ellas. Los registros históricos presentan al Rey Sejong en el año 1424 ordenando al pueblo “mantener un buen número de bellotas en reserva para los años de hambruna”. También ordenó al pueblo plantar robles, por su resistencia, cuando la producción de los cultivos no fuera suficiente. El capítulo Injeji del libro Imwongyongjeji (la enciclopedia práctica más grande de la Dinastía Joseon) explica cómo la gente podría plantar robles y cuidarlos. El Bonchogangmok (el libro de hierbas medicinales chinas) describe las bellotas del siguiente modo: “no es grano ni fruta, pero teniendo los méritos de ambos, es una buena dieta que no requiere suplemento”. Así, los robles diente de sierra (Quercus acutissima), que tienen bellotas más grandes y son más productivos que todas las demás especies de robles, se encuentran por lo general cerca de las aldeas más que en las montañas altas. El roble diente de sierra vive en las regiones boscosas templadas con temperaturas promedio anuales que van de 5 a 14 ˚C, a una elevación máxima de 800 metros sobre el nivel del mar.

 

Breve interpretación del mapa

 Los budistas siempre han buscado lugares de tranquilidad y aislamiento para construir templos donde los monjes puedan permanecer y meditar en armonía con la naturaleza. Por siglos, gran número de templos y lugares culturales se han construido a lo largo de la cresta montañosa Baekdudaegan, donde abundan los bosques y la vida salvaje. En este asentamiento espiritual se preserva la identidad de los creyentes budistas en Corea. Un estilo de vida tradicional también se mantiene aquí en contraposición al bullicio de las áreas urbanas, donde la vida diaria es más acelerada y estresante. Por lo demás, las montañas son lugar perfecto para transmitir el conocimiento forestal tradicional a las nuevas generaciones. Aunque las formas en que la sociedad moderna preserva el conocimiento agrícola y ecológico sean diferentes, los coreanos creen que aún hay sabiduría en el conocimiento forestal tradicional que puede aplicarse para resolver los problemas que atañen al medio ambiente.

 Mientras que la preservación del conocimiento tradicional del bosque es importante para el legado de Corea, las condiciones del entorno cambian más allá de las montañas. La práctica de Baesanimsu (ubicación de la vivienda “con la montaña detrás de la vivienda y el frente de la vivienda hacia el agua”) garantiza el abastecimiento de agua y protege los sembradíos cercanos a zonas habitacionales de los vientos provenientes de las áreas montañosas; sin embargo, tales condiciones no se presentan en las tierras bajas. ¿Qué clase de adaptaciones puede imaginar que serían necesarias para mantener la práctica de Baesanimsu cuando alguien se muda de las zonas montañosas a las tierras bajas de la región occidental de Corea? ¿Los métodos de cultivo modernos están usando maquinaria más apropiada para las tierras bajas en campos más grandes? ¿Pueden ambos métodos coexistir en diferentes condiciones del entorno?