Edición Abreviada 2023
El suelo es un componente natural que a menudo se ignora a pesar de los beneficios que aporta: ayuda a mantener la biodiversidad, actúa como depósito de agua, recicla nutrientes, purifica las aguas subterráneas, filtra contaminantes y participa en la mitigación y adaptación al cambio climático. Los diversos beneficios proporcionados por él se denominan servicios ecosistémicos del suelo y en Corea tienen un valor aproximado de 1 190 billones de wones. Asimismo, es importante para el crecimiento de las plantas y la producción de cultivos. El contenido de materia orgánica es una propiedad clave asociada con la salud, la fertilidad y la capacidad de retención de agua del suelo. Las reservas de carbono del suelo son un indicador esencial para evaluar el balance global de carbono y, en especial, el de la tierra agrícola.
El patrón de distribución del suelo de Corea es bastante complejo a causa de su larga historia de uso intensivo de la tierra, sus características geológicas diversificadas y su terreno accidentado. Por lo común, las clasificaciones actuales se hacen de acuerdo con la taxonomía de suelos establecida por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) con base en las propiedades físicas y químicas. De acuerdo con dicha taxonomía, de los catorce órdenes de suelos reconocidos en el mundo, Corea tiene siete, catorce subórdenes y 32 grandes grupos de suelos. Además, hasta la fecha se han identificado cerca de cuatrocientas series de suelos (el nivel más detallado de clasificación). Los inceptisoles, suelos que carecen de un claro desarrollo de horizontes, cubren el 76.7% (7.21 millones de hectáreas) del territorio coreano. El predominio de inceptisoles indica que la superficie terrestre ha experimentado cambios dinámicos; por ejemplo, la erosión rápida del suelo elimina su capa superior en las pendientes y, posteriormente, se deposita en abanicos aluviales, valles y planicies de inundación.
Los factores que forman el suelo, como el microclima, la vegetación, la topografía, la hidrología, el sustrato geológico o los tiempos de exposición a la intemperie, son los que determinan la ubicación de los tipos de suelo en un área. Tales factores afectan los distintos lugares de manera específica, lo que genera una amplia variedad de tipos de suelos y patrones de distribución. El patrón de suelos, conocido como catena o cadena, se desarrolla a lo largo de una pendiente con diferencias en el sustrato y en las propiedades hidrológicas. La ilustración (arriba) muestra una secuencia de tipos de suelo de origen granítico que se encuentran en Corea, desde las divisorias de drenaje en las partes más altas, hasta las llanuras de inundación con suelos aluviales en las zonas bajas.
La textura es quizás el atributo principal de los suelos e interviene en muchas de sus otras características físicas y químicas. Las categorías de textura del suelo se establecen de acuerdo con la proporción relativa de tres tipos de partículas minerales: arena (0.05–2 mm), limo (0.002–0.05 mm) y arcilla (partículas menores de 0.002 mm). A menudo, las texturas del suelo se visualizan utilizando el triángulo textural, un gráfico de tres ejes, en el que se reconoce el porcentaje de arenas, limos y arcillas que posee una muestra de suelo.
Los cambios ambientales y climáticos recientes están generando una mayor conciencia acerca de la conexión entre el suelo y otros elementos del medio ambiente, como la calidad del agua y la vegetación. Para atender las crecientes demandas sociales de conocimientos especializados sobre los suelos, es necesario mejorar la comprensión de la distribución espacial y los cambios temporales de las propiedades edafológicas. Para evaluar y gestionar la calidad del suelo y mantener sus servicios ecosistémicos, se requiere comprender las distintas propiedades y funciones de los suelos. En respuesta a ello, Corea lleva a cabo un estudio de suelos detallado y sofisticado, cuyos resultados se ponen a disposición del público por medio de un sistema de información digital. |